La segunda cita del tríptico consecutivo es el GP de Australia, previsto del 25 al 27 de octubre en Phillip Island (Australia) y es válido como 17ª prueba del Mundial de MotoGP. Este circuito, inaugurado en diciembre de 1956, acoge las carreras de 500 y MotoGP desde 1989 y el Mundial de Superbike desde 1990.
Situado en la isla del mismo nombre, a 140 km da Melbourne, es el circuito más próximo al Polo Sud de todo el campeonato. En las últimas cuatro ediciones, sus 38 grados de latitud se tradujeron en temperaturas bastante rígidas: en 2016 y 2019, la temperatura del aire durante la carrera alcanzó un máximo de 13 grados, y en 2018 no superó los 16 grados.
Para mantener la temperatura inicial de los frenos, las MotoGP suelen recurren a las cubiertas de carbono, las mismas que se utilizan también en otros circuitos cuando llueve. En caso de lluvia, los pilotos también podrían utilizar los discos de acero, pero en Motegi en 2017, los primeros 9 en la meta mostraron que es posible correr con la lluvia incluso con discos de carbono Brembo sin verse afectados, sino que disfrutan de grandes beneficios.
Según los técnicos Brembo, que asisten al 100% de los pilotos de MotoGP 2019, el Phillip Island Grand Prix Circuit pertenece a la categoría de los circuitos poco difíciles para los frenos. En una escala de 1 a 5 se le ha atribuido un índice de dificultad 1, el valor más bajo de los 19 circuitos. En Superbike también ha obtenido la misma puntuación.
