Brembo desvela la 5ª etapa del Mundial de Superbike en Imola

07/05/2019

 Pasando por rayos X el esfuerzo de los sistemas de frenado de las derivadas de serie en el Autodromo Internazionale Enzo e Dino Ferrari

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La quinta etapa del Campeonato del Mundo de Superbike 2019, programada del 10 al 12 de mayo, se celebra en el Autodromo Internazionale Enzo e Dino Ferrari de Imola, en provincia de Bologna, Italia. ​

Finalizado en 1952, Umberto Masetti (dos veces campeón del mundo de 500) y Enrico Lorenzetti (campeón mundial en 250) fueron los pilotos encargados de probarlo.

Quince años después albergó la primera carrera del Mundial, pero el circuito no alcanzó su fama mundial hasta 1972, gracias a la carrera 200 Miglia di Imola.

El trazado es muy técnico, apuradas de frenada verdaderamente difíciles y de todo tipo. De hecho, Enzo Ferrari, a quien está dedicado el circuito junto a su hijo Dino, lo definió un pequeño Nurburgring.


 

La pista consta de 22 curvas, de las cuales 13 a la izquierda, una recta de llegada muy corta (358 metros) y pendientes que llegan a los 7,8 grados.

Según los técnicos Brembo que trabajan en estrecha colaboración con 15 pilotos del Mundial de Superbike, el Autodromo Internazionale Enzo e Dino Ferrari es un circuito muy difícil para los frenos.

​En una escala de 1a 5 se le ha atribuido un índice de dificultad 5, igual al de los circuitos de Donington y Buriram.

 

 

La labor de los frenos durante el GP

En cada vuelta, las Superbike utilizan los frenos 12 veces, valor superado solo por Villicum y Losail. En Bahréin, los frenos se utilizan casi 38 segundos por vuelta, un récord de todo el Mundial, mientras que en Imola se superan los 32 segundos y medio.

En total, los pilotos usan los frenos durante el 30% de la duración de la carrera. La presencia de curvas de primera, segunda y tercera velocidad se traduce en una desaceleración sobre la vuelta, aunque no muy alta: los 1,09 g de las derivadas de serie que utilizan discos de acero son superiores a los valores obtenidos en las MotoGP con los discos de carbono en Austin, Barcelona, Assen, Sachsenring, Phillip Island y Sepang.​

Sumando todas las fuerzas que ejerce un piloto en la maneta del freno desde la salida hasta la bandera de cuadros, el valor supera los 920 kg.

 

 
 

Las frenadas más arduas

De las 12 frenadas de Autodromo Internazionale Enzo e Dino Ferrari, 3 están clasificadas como muy difíciles para los frenos, mientras que 6 son de dificultad mediana y 3 son ligeras. ​

La más difícil con diferencia es la Variante del Tamburello (curva 2) porque las Superbike llegan con una velocidad de 289 km/h y reducen en unos instantes a 100 km/h al final de los 195 metros de la frenada. Los pilotos utilizan los frenos durante 4,1 segundos, ejerciendo una fuerza de 5,5 kg en la palanca y sufren una desaceleración de 1,4 g, que supera en 0,28 g a la frenada del Lamborghini Aventador de 200 km/h a 0 km/h.

Los frenos se someten a un gran esfuerzo también en la Variante Alta (curva 14): las Superbike pasan de 236 km/h a 87 km/h en 149 metros, que recorren en 3,5 segundos.

​La presión del líquido Brembo en el sistema de frenos llega a los 11,4 bar. Sin embargo, la curva Tosa (curva 7) es la que se afronta a menor velocidad: 73 km/h después de una desaceleración de 118 km/h, realizada en 111 metros y 3,3 segundos.
 


 

Resultados de Brembo

Las motos con frenos Brembo se han adjudicado las 8 últimas carreras del Autodromo Internazionale Enzo e Dino Ferrari. En 2015 y en 2018 se impuso Jonathan Rea con Kawasaki, en 2016 y 2017 Chaz Davies con Ducati.

​Y fue precisamente Ducati, con el piloto Ruben Xaus y frenos Brembo, la que ganó en 2001 la primera carrera del Mundial de Superbike celebrada en Imola.