Brembo desvela la 1ª vuelta del Mundial de Superbike en Australia

20/02/2019

 Pasando por rayos X el esfuerzo de los sistemas de frenado de las derivadas de serie en el Phillip Island Grand Prix Circuit

​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​​Después de la larga pausa invernal, el Campeonato del Mundo de Superbike inicia en el legendario Phillip Island Grand Prix Circuit. Del 22 al 24 de febrero, el circuito australiano alberga la 1ª cita de la temporada. Este circuito, inaugurado en diciembre de 1956, acoge las carreras del Mundial de Superbike desde 1990. Con 55 carreras celebras, es el circuito que más se utiliza en el Mundial de Superbike y el único de todo el hemisferio austral.​

La opción de poder correr en febrero, siendo pleno verano, garantiza a los pilotos temperaturas superiores a las que tendrán los del MotoGP. En 2015, las carreras se disputaron con 30 y 31 grados (temperatura del aire), en 2016 con 22 grados y en 2017 había 24 grados en Carrera 2. Naturalmente la temperatura del asfalto era mucho más alta: en el último 4 años no bajo nunca de los 29 grados, llegando a picos de 44 grados.​​

 

Según los técnicos de Brembo que se relacionan con los 15 pilotos del Mundial de Superbike, el Phillip Island Grand Prix Circuit es el circuito más fácil de todos para los frenos. En una escala de 1 a 5 se merece un índice de dificultad de 1, igualado solo por la pista de Assen.​​​


 

La labor de los frenos durante el GP​​​

Los 4.445 metros del circuito discurren por 12 curvas, mitad de las cuales se encuentra en la sección que llega hasta las gélidas aguas del Océano Pacífico. Los pilotos utilizan los frenos 7 veces en cada vuelta, el mismo número de veces que en el circuito Chang International Circuit y en el Donington Park Circuit. Sin embargo, en Australia el tiempo total de frenada es de 21 segundos por vuelta, contra los 28 segundos del circuito inglés y los 25 segundos del tailandés. ​

Desde el semáforo hasta la bandera de cuadros, los frenos se utilizan un poco menos de 8 minutos, lo que evita el riesgo de sobrecalentamientos no deseados. La desaceleración media también es escasa: solo 1,07 g. Sumando todas las fuerzas aplicadas por un piloto en la maneta del freno desde la salida hasta la bandera de cuadros, el valor roza los 5 quintales, equivalentes al peso de unos 40 koalas machos.​​​​


 
 

Las frenadas más arduas​​ ​

De las 7 frenadas del Circuit Phillip Island Grand Prix, ninguna es considerada sumamente ardua para los frenos, mientras que 5 son de mediana dificultad y 2 son ligeros. ​ ​ ​

La primera curva es la más difícil para el sistema de frenos, a pesar de que los frenos se utilizan solamente durante 3,3 segundos. Sin embargo, las motos llegan después de haber tocado la velocidad punta máxima del Mundial de Superbike, 312 km/h. Para reducir a 189 km/h, las motos necesitan 224 metros,.​

Un poco menos estresante es la frenada en la curva 2 porque las motos pierden un tercio de su velocidad: de 205 km/h a 134 km/h. La frenada dura 2,3 segundos porque la deceleración es menos intensa (solo 1,2 g) a pesar de que la carga en la maneta es de 4 kg pero dura solo 105 metros.​

Para la apurada de frenada de la curva número 10 también hacen falta 4,2 kg de carga en la maneta: la velocidad inicial es menor, solo 164 km/h, de ahí que sean “solo” 83 metros y 1,6 segundos de frenada.​


 

Prestaciones Brembo​​​​

En 2018, las motos con frenos Brembo lograron la Superpole y fueron ganadoras en las dos carreras de Phillip Island. En la Carrera1, el sábado, las primeras 6 motos tenían frenos Brembo, mientras que en la Carrera2 Brembo ha garantizado todo los 5 primeros puestos.​

En 7 campeonatos, los pilotos que utilizaban frenos Brembo lograron el doblete en Phillip Island y ganaron el Mundial: Neil Hodgson en 2003, Troy Corser en 2005, Troy Bayliss en 2006 y 2008, Carlos Checa en 2011 y Jonathan Rea en 2016 y 2017.​