Estos valores se alcanzan gracias a la increíble ligereza de los componentes de freno Brembo y de las llantas Marchesini: un juego de ruedas de magnesio forjado de 17’’ puede llegar a pesar unos 6 kg y un par de pinzas monobloque de 4 pistones para MotoGP no supera el 1,5 kg, ya que está fabricada a partir de bloque de aluminio-litio.
En un «stoppie» la rueda delantera permanece pegada al suelo y la delantera se catapulta hacia el cielo: para hacer esta acrobacia no hace falta mucha velocidad; es más sería contraproducente. Los especialistas afirman que a 40-60 km/h ya se puede hacer un stoppie.
El primero en hacerlo con cierta frecuencia en estos dos últimos años fue Toprak Razgatlioglu, inicialmente con la Kawasaki del equipo Puccetti y, luego, con la Yamaha Factory. Su control de la moto es sin duda excepcional, como demuestran los numerosos «stoppies» en los que consigue girar la moto 90 grados sobre la rueda delantera.
Por lo general, su esquema de actuación consiste en entrar en el pit lane en segunda a 80 km/h y, a continuación, aplicar una presión de entre 12 y 14 bar en el freno delantero. Cuando la rueda trasera se levanta, Razgatlioglu reduce la presión a 2-3 bar, manteniendo el equilibrio. A continuación, reduce a primera y, por último, utiliza el freno trasero para recuperar el contacto con el suelo.
Jack Miller aceptó el reto con su Ducati Desmosedici del equipo Pramac en el test de Sepang de febrero de 2020. Después, Stefan Bradl con la Honda R213V durante las pruebas de Jerez del pasado mes de enero. A los que se unió Lucas Mahias con la Kawasaki Ninja ZX-10RR. Lo único que tienen todos ellos en común es el sistema de frenos con discos, pinza, pastillas y bomba de freno Brembo.
Lo que confirma una vez más que los mejores pilotos del mundo confían en las prestaciones y la fiabilidad de los componentes Brembo. De hecho, todos los pilotos de MotoGP, Moto2, Moto3 y MotoE, y gran parte de los pilotos de Superbike usan frenos Brembo.
Obviamente, para hacer un «stoppie» hay que accionar el freno delantero con fuerza y no tocar el trasero. La posición del cuerpo también es muy importante, empezando por los codos, que no deben mantenerse rígidos, mientras que las rodillas deben apretarse contra el tanque como si quisieran abrazarlo.
A las décimas de segundo hay que reducir progresivamente la presión del freno delantero para evitar el vuelco hacia delante: en estas fases la rueda trasera está levantada del suelo y no conviene utilizar el freno trasero hasta que haya iniciado su descenso.
Si se accionara el freno trasero en las primeras fases del «stoppie» se bloquearía la rotación de la rueda trasera, incidiendo en el equilibrio del conjunto moto-piloto. Tampoco es bueno inclinar el pecho hacia delante, en una posición no natural, porque se desequilibraría el centro de gravedad del conjunto hombre-moto.