y alonsoCómo volverse un mito sin haber nunca ganado el Campeonato del Mundo: lo logró Gilles Villeneuve, autor de hazañas memorables con los monoplaza Ferrari equipados con sistemas de frenos Brembo. De Gilles Villeneuve, Enzo Ferrari acostumbraba decir: «Con su capacidad destructiva que molía semiejes, cambios, embragues, frenos, nos enseñaba qué hacer para que un piloto pudiera defenderse en un momento necesitado».
Los técnicos de Brembo más ancianos recuerdan que “maltrataba de veras los frenos con su estilo muy agresivo”.
Recordamos al canadiense por su conducción siempre al límite, fruto de sus experiencias con los trineos de motor por los glaciares de su país. Fue memorable el lance protagonizado con René Arnoux en Dijon en 1979: al comienzo de la penúltima vuelta, en la curva Villeroy, Villeneuve logró adelantar al rival con una apurada de frenada increíble.
La rueda delantera izquierda llegó a bloquearse pero Gilles logró controlar el 312T3. A la vuelta siguiente, Arnoux intentó imitar la jugada del ferrarista que por su parte alargó la frenada y, aún estando por fuera, siguió llevándole la delantera.
Pocos metros más adelante el francés reconquistó la posición. Pero Villeneuve todavía no estaba contento, así que en la curva Parabólica logró volver a adelantar al francés con otra apurada de frenada por la parte interna.
Estos esfuerzos le valieron la 2ª plaza en la línea de meta detrás del otro Renault de Jabouille. Los discos Brembo habían cumplido plenamente su cometido.