Gilles Villeneuve, el ángel de las apuradas de

06/06/2016

 En 1979 en Dijon y en 1981 en Montecarlo el mito ferrarista consiguió resultados fabulosos exprimiendo los frenos Brembo

y alonso​​Cómo volverse un mito sin haber nunca ganado el Campeonato del Mundo: lo logró Gilles Villeneuve, autor de hazañas memorables con los monoplaza Ferrari equipados con sistemas de frenos Brembo. De Gilles Villeneuve, Enzo Ferrari acostumbraba decir: «Con su capacidad destructiva que molía semiejes, cambios, embragues, frenos, nos enseñaba qué hacer para que un piloto pudiera defenderse en un momento necesitado».


 

 

 

Los técnicos de Brembo más ancianos recuerdan que “maltrataba de veras los frenos con su estilo muy agresivo”.


Recordamos al canadiense por su conducción siempre al límite, fruto de sus experiencias con los trineos de motor por los glaciares de su país. Fue memorable el lance protagonizado con René Arnoux en Dijon en 1979: al comienzo de la penúltima vuelta, en la curva Villeroy, Villeneuve logró adelantar al rival con una apurada de frenada increíble.


La rueda delantera izquierda llegó a bloquearse pero Gilles logró controlar el 312T3. A la vuelta siguiente, Arnoux intentó imitar la jugada del ferrarista que por su parte alargó la frenada y, aún estando por fuera, siguió llevándole la delantera.


Pocos metros más adelante el francés reconquistó la posición. Pero Villeneuve todavía no estaba contento, así que en la curva Parabólica logró volver a adelantar al francés con otra apurada de frenada por la parte interna.


Estos esfuerzos le valieron la 2ª plaza en la línea de meta detrás del otro Renault de Jabouille. Los discos Brembo habían cumplido plenamente su cometido.

 
 

 

Dos años después, Gilles Villeneuve realizó otra hazaña en Montecarlo: para compensar el turbo-lag del motor del 126CK, el primer monoplaza de Maranello con el turbo, el canadiense se inventó la frenada con el pie izquierdo. De esta manera, gracias también a un nuevo concepto de pinza de freno inventado por Brembo, logró ganar con 40 segundos de ventaja respecto al Williams de Alan Jones. La misma astucia le permitió ganar también la carrera siguiente, en el circuito de Jarama, España.


 


El 8 de mayo de 1982, un trágico accidente durante las calificaciones del GP de Bélgica, privó al mundo de los motores de uno de sus talentos más puros.


Una pérdida inconmensurable para Enzo Ferrari que lo consideraba un hijo y para toda la afición ferrarista que sigue venerándolo.


En su honor el circuito Île Notre-Dame Circuit de Montreal, donde se disputa el GP de Canadá, ha sido rebautizado Circuit Gilles Villeneuve.


No obstante la fama de “destrozador de frenos” que tenía entre los técnicos de Brembo, en los 67 GP disputados en su carrera ni una sola vez Villeneuve tuvo que rendirse por un fallo de los frenos: y esto quiere decir que los frenos Brembo, con los que corrió todos los GP, salvo él de su debut, el GP de Inglaterra del 1977 disputado con un McLaren, se fabricaban para un uso exasperado como aquél al que los sometía.