Antepenúltima carrera de la temporada para el Campeonato del Mundo de Superbike, del 27 al 29 de septiembre en el Circuit de Nevers Magny-Cours, Francia.
Situado en la región de Bourgogne Franche-Comté, sus 14 tribunas pueden acoger nada menos que a 139.112 espectadores. En este circuito se han disputado las carreras de Fórmula 1 desde 1991 hasta 2008, y el Campeonato Mundial de Motociclismo en 1992.
La Superbike debutó en el año 1991, regresó en 2003 y desde entonces todos los años hace etapa aquí. En homenaje a otros circuitos históricos, algunas curvas de Magny-Cours llevan los nombres de estos trazados.
La pista alterna curvas rápidas donde los frenos apenas se utilizan con frenadas de gran intensidad, que ponen a dura prueba el sistema de frenos: en dos puntos, la velocidad de entrada a la curva es inferior a 60 km/h y en otros dos no supera los 80 km/h.
La lluvia y las bajas temperaturas que lo caracterizan podrían ser un problema para los sistemas de frenos, ya que impedirían que alcanzasen la temperatura mínima de funcionamiento: en 2015, la Carrera 1 se celebró bajo la lluvia con una temperatura de 11 grados, mientras que en la Carrera 2, a pesar de que el asfalto estaba seco, la temperatura era de 14 grados.
En 2016 la Carrera 1 se disputó con lluvia y la Carrera 2 en seco, pero con una temperatura de solo 18 grados. Según los técnicos Brembo que trabajan en estrecha colaboración con 15 pilotos del Mundial de Superbike, el Circuit de Nevers Magny-Cours es un circuito difícil para los frenos.
En una escala de 1 a 5 se le ha atribuido un índice de dificultad 4, igual que él de las pistas de españolas de Jerez y Aragón.