El GP Bélgica de Fórmula 1 2019 según Brembo

26/08/2019

 Analizamos el esfuerzo de los sistemas de freno de los monoplazas de Fórmula 1 en Spa-Francorchamps

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La Fórmula 1 arranca después de la larga pausa de verano y, siguiendo la tradición, lo hace en el Circuit de Spa-Francorchamps, que del 30 de agosto al 1 de septiembre aloja el GP Bélgica, 13° cita del Mundial 2019. ​


 

Situado en las colinas de las Ardenas, este circuito por su combinación de curvas rápidas, curvas ciegas, cambios de pendiente y rectas interminables es considerado por la gran mayoría como el más completo del Campeonato del Mundo.

La Fórmula 1 regresa por 52ª vez, aunque el trazado ha cambiado mucho a lo largo de los años: desde 2007, mide 7.004 metros y es el más largo del Mundial.

A pesar de sus 19 curvas, solo tiene 4 frenadas de altísima energía. La refrigeración de los sistemas de frenos está garantizada por la presencia de curvas rápidas como la Eau Rouge y el Blanchimont donde los frenos a penas se utilizan.

Las condiciones meteorológicas son siempre una incógnita: en el 2017, la temperatura del aire durante la carrera alcanzó los 24 grados, mientras que en 2014 no superó los 16 grados.

Según los técnicos de Brembo, que han clasificado las 21 pistas del Mundial utilizando una escala de 1 a 5, el Circuit de Spa-Franchorchamps pertenece a la categoría de los circuitos muy difíciles para los frenos.

​​Al circuito belga se le ha atribuido un índice de dificultad 4.

 

 
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El desempeño de los frenos durante el GP

A pesar de que es una pista larguísima, los frenos se utilizan solo 7 veces por vuelta, como en Spielberg, aunque este circuito mide 2,7 km menos. Además, en el circuito belga 1 de las 7 frenadas dura menos de un segundo.

Esto explica por qué en cada vuelta los frenos se utilizan un poco más de 13 segundos: los frenos entran en funcionamiento solo durante el 13% de la carrera.

La desaceleración media por vuelta es de 4,2 g: las frenadas de los sectores 2 y 3 reducen la media, exceptuando la chicana del punto que antes se llamaba Bus Stop (curva 18).

Todo ello naturalmente se traduce en una energía disipada en frenada de cada vehículo durante todo el GP inferior a otros trazados: los 158 kWh son un poco más de la mitad que en Singapore.

Desde la salida hasta la bandera de cuadros, cada piloto aplica una fuerza total, sobre el pedal del freno, de 35 toneladas y media.

​A pesar de ser inferior a otros GP sigue siendo un esfuerzo importante porque equivale a casi 4,3 quintales y medio por cada minuto de carrera.


 

Las frenadas más difíciles

De las 7 frenadas del Circuit de Spa-Francorchamps, 3 se clasifican como difíciles para los frenos, 2 son de mediana dificultad y las otras 2 son ligeras. La más difícil para el sistema de frenos es la penúltima curva antes de la meta: los monoplazas llegan a 321 km/h y reducen a 91 km/h en solo 128 metros.

Los pilotos de Fórmula 1 solo tienen que frenar durante 2,71 segundos pero tienen que aplicar una fuerza de 202 kg en el pedal del freno y afrontan una desaceleración de 5,8 g.

​También es notable la frenada de la curva La Source (curva 1) porque los coches pierden más de 200 km/h, pasando de 303 km/h a 85 km/h en 2,52 segundos y 116 metros. Un poco más reducido es el esfuerzo de los pilotos: 171 kg de carga en el pedal y 5,3 g de desaceleración.


 

Resultados de Brembo

Los monoplazas con frenos Brembo han ganado 25 de las 42 ediciones del GP de Bélgica en las que han participado. Ferrari es la escudería que tiene más victorias con Brembo: 12 victorias, 4 de ellas con Michael Schumacher que también se impuso 2 veces con Benetton.