Los éxitos y las intuiciones de Aprilia en el campeonato del mundo, incluida una solución de Brembo que ya es indispensable en cualquier moto deportiva de calle.

Una victoria en 2022, dos en 2023 y otra este año: Aprilia está demostrando ser una de las motos más competitivas del MotoGP moderno, y la única capaz de desafiar el dominio de Ducati con más de un piloto.

Estas cuatro victorias en el GP del domingo, junto con un número igual en el Sprint, se atribuyen a dos pilotos españoles: Aleix Espargaró y Maverick Viñales.

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La primera de ellas se remonta al 3 de abril de 2022: Espargaró ganó el GP de Argentina tras un emocionante duelo con Jorge Martín.

Un éxito histórico porque nunca antes la firma de Noale había ganado una carrera de MotoGP, dejando atrás a las grandes marcas japonesas y a nombres de primera fila como Ducati y KTM.

Ese día, al igual que en el resto de triunfos, la Aprilia ganadora estaba equipada con pinzas de aluminio Brembo GP4, totalmente mecanizadas a partir de piezas macizas, con soporte radial y 4 pistones, dotadas de un sistema de amplificación que aumenta el par de frenado.

Esta pinza es la descendiente directa de una de las mayores innovaciones introducidas por Aprilia en el campeonato del mundo, gracias a la colaboración con Brembo. Una historia increíble, que se remonta a una época en la que Aprilia batía récords en las categorías previas a la 500, que desde 1949, año del primer Campeonato del Mundo, es el buque insignia de las motos de carreras.

Para ser sinceros, y hablando de la categoría de 500, Aprilia no había conseguido ganar una carrera ni siquiera cuando la categoría reina estaba representada por las revoltosas 500cc de dos tiempos, a pesar de haber empezado a competir en la categoría ya en 1994.

La elección de los técnicos, dirigidos por Jan Witteveen, recayó inicialmente en un cilindro doble de 400 cc, mucho más ágil y ligero que los rivales de cuatro cilindros, pero también menos potente.

El genial holandés, director técnico en aquella época, explicó más de una vez sus elecciones poco convencionales: "Intentamos vencer a los japoneses utilizando diferentes armas. Si copiáramos sus características, al disponer de menos recursos, siempre saldríamos perdiendo. Siempre me centro en la tecnología italiana y europea.

Entre ellos, no podían faltar los frenos de Brembo, que aparecieron en la primera Aprilia de carreras en 1985 con Loris Reggiani: la AF1 250 presentaba soluciones técnicas de vanguardia, desde el marco deltabox de aluminio hasta el motor Rotax con admisión por válvula rotativa y encendido electrónico digital.

El piloto italiano agradeció estas elecciones: "El frenado era la mejor arma, podía frenar muy tarde porque tenía un centro de gravedad bajo".

La fructífera colaboración entre Aprilia y Brembo continuó en los años siguientes, hasta el punto de que también se montaron frenos de Brembo en la 250 que ganó el GP de San Marino de 1987 con el mismo Reggiani, por delante de los gigantes japoneses, gracias a una doble maniobra de adelantamiento en la frenada de Carro, donde pasó a las Yamahas que tenía delante, que sólo volvió a verle tras la línea de meta.

Fue el primero de los 294 GP ganados en pista por Aprilia desde 1991 hasta 2011, repartidos casi a partes iguales entre las categorías de 125 y 250, en los que consiguió 19 títulos de Pilotos y otros tantos de Constructores, siempre con Brembo.

El primero lo ganó Alessandro Gramigni en 1992 en la categoría de 125 gracias a dos victorias, dos segundos puestos y dos terceros, con una ventaja de 16 puntos sobre el fallecido Fausto Gresini. En los años 90, Aprilia producía poco más de 50.000 vehículos al año, menos de la vigésima parte que Honda y Yamaha que, por tanto, contaban con presupuestos inalcanzables para las competiciones.

Para Aprilia, los fondos para desarrollar nuevos modelos de competición procedían de las ventas de réplicas de carreras, empezando por la AF1 125 proyecto 108 de 1987, la primera moto europea con basculante monobrazo de serie, también con frenos Brembo, que, combinados con coloridos gráficos, hicieron muy felices a los adolescentes de la época.

La confianza depositada por Aprilia en Brembo y la búsqueda incesante de soluciones técnicas, que pudieran aportarle una ventaja, condujeron en 1997 a un hito histórico para las competiciones, la pinza de freno con montaje radial. Un componente sin precedentes que fue probado por Marcellino Lucchi en las pruebas de Jerez en febrero de 1998 y que, dada la respuesta positiva, se introdujo en las 250 de Valentino Rossi, Loris Capirossi y Tetsuya Harada.

Además de la dificultad de fabricar este componente de frenado en aquella época, que beneficiaba a unas pinzas de montaje axial que parecían imbatibles, había que superar otro problema. Los prototipos de las pinzas radiales no eran compatibles con las horquillas utilizadas por Aprilia, por lo que se pidió ayuda a los ingenieros de Brembo para diseñar los soportes de conexión de las horquillas.

Y pensar que muchos años antes, con la esperanza de repetir el éxito de la pinza radial introducida en la Fórmula 1, Brembo propuso al director técnico del equipo Honda una solución similar para las motos de Gran Premio. Sin embargo, el técnico japonés, un gurú con mucha experiencia, se quedó perplejo, considerando innecesarios, si no inútiles, las pinzas radiales.

Las 13 victorias en 14 Grandes Premios logradas por Aprilia en 1998 en la categoría de 250 le valieron a Capirossi el título de campeón del mundo, a Rossi el segundo puesto y a Harada el tercero, lo que impulsó a Brembo a desarrollar una pinza radial para la categoría reina.

La nueva pinza debutó en la categoría de 500 cc en 1999, con Aprilia y Harada consiguiendo una pole position y dos podios. En 2000, Jeremy McWilliams logró una pole position y dos podios con la Aprilia 500 equipada con pinzas radiales de Brembo.

Sin embargo, el nacimiento de MotoGP devolvió a Aprilia a la línea de salida, ya que la RS Cube no obtuvo grandes resultados. Una gran pena porque, gracias a la colaboración con los estudios de Fórmula 1, el prototipo Noale fue la primera moto en adoptar válvulas neumáticas, control de tracción y ride-by-wire, además de utilizar pinzas radiales de Brembo, que se habían convertido en el estándar de la categoría.

Los modestos resultados llevaron a la dirección a suspender su participación en las competiciones de MotoGP a finales de 2004. Además, a principios de la década de 2010, con la exclusión de las motos de dos tiempos del Campeonato del Mundo, sustituidas por Moto3 y Moto2, Aprilia dejó de competir en el Mundial, prefiriendo centrarse en Superbike.

El giro se produjo en 2015, pero la competitividad no llegó hasta 2021, gracias a la nueva RS-GP, las elecciones del director técnico Romano Albesiano, la gestión del jefe de equipo Massimo Rivola y el talento de Espargaró.

En 2021, el español devolvió a Aprilia al podio tras 21 años de sequía, preludio de las actuaciones de los últimos años, reforzadas con el fichaje de Viñales, que ya había ganado en MotoGP con Suzuki y Yamaha. Y con la llegada de Jorge Martín a partir de 2025, Aprilia podrá por fin disputar el título mundial, pero siempre y solo con frenos de Brembo.