La quinta etapa del Campeonato del Mundo de Superbike 2019, programada del 10 al 12 de mayo, se celebra en el Autodromo Internazionale Enzo e Dino Ferrari de Imola, en provincia de Bologna, Italia.
Finalizado en 1952, Umberto Masetti (dos veces campeón del mundo de 500) y Enrico Lorenzetti (campeón mundial en 250) fueron los pilotos encargados de probarlo.
Quince años después albergó la primera carrera del Mundial, pero el circuito no alcanzó su fama mundial hasta 1972, gracias a la carrera 200 Miglia di Imola.
El trazado es muy técnico, apuradas de frenada verdaderamente difíciles y de todo tipo. De hecho, Enzo Ferrari, a quien está dedicado el circuito junto a su hijo Dino, lo definió un pequeño Nurburgring.
La pista consta de 22 curvas, de las cuales 13 a la izquierda, una recta de llegada muy corta (358 metros) y pendientes que llegan a los 7,8 grados.
Según los técnicos Brembo que trabajan en estrecha colaboración con 15 pilotos del Mundial de Superbike, el Autodromo Internazionale Enzo e Dino Ferrari es un circuito muy difícil para los frenos.
En una escala de 1a 5 se le ha atribuido un índice de dificultad 5, igual al de los circuitos de Donington y Buriram.