A 41 años del debut de la categoría reina (500) en el Silverstone Circuit, el MotoGP vuelve al circuito británico para la 12ª cita de la temporada.
Construido después de la Segunda Guerra Mundial sobre un antiguo aeropuerto, justo a las afueras del pueblo de Silverstone (2.100 habitantes hoy en día), fue el escenario del GP de inauguración del Mundial de Fórmula 1, en 1950.
Sin embargo, el Mundial de Motociclismo no llegó aquí hasta el año 1977, ya que el GP de Gran Bretaña se organizaba antiguamente en la Isla de Man.
El circuito que se utiliza en MotoGP mide 5,9 km, lo que lo convierte en el más largo del Mundial.
Otro elemento característico es la lluvia que, por lo general, aparece al menos una vez durante el fin de semana: en 2015, la lluvia condicionó la carrera que ganó Valentino Rossi, mientras que el año siguiente la Q2 se celebró bajo un verdadero diluvio.
En el pasado, en las carreras con lluvia, los pilotos de MotoGP recurrían a los discos de acero, pero no está escrito en ningún sitio que también deban hacerlo este año.
Como vimos en 2017 en Misano y Motegi, los discos Brembo de carbono de ultimísima generación también parecen adecuados para la lluvia.