Efectivamente, Brembo pone a disposición de todos los pilotos discos de carbono con un diámetro de 320mm y con un diámetro de 340mm, con banda alta y baja, para garantizar, en cada pista, un rango de acción correcto en cuanto a temperatura.
En particular, los discos de 340mm con banda baja térmicamente se comportan de manera parecida a los discos de 320mm con banda alta, pero, al cambiar el diámetro del disco, permiten generar pares de frenado más grandes en igualdad de presión de accionamiento.
En caso de lluvia los pilotos optar por los discos de carbono, oportunamente protegidos por unas tapas específicas que tienen la tarea de garantizar un rango correcto de temperaturas de funcionamiento a los discos de carbono.
En la opinión de los técnicos de Brembo, que por cuarto año consecutivo atienden a todos los pilotos de MotoGP, el circuito Le Mans es medianamente difícil para los frenos. En una escala de 1 a 5 se le ha atribuido un índice de dificultad 3, igual que él de otros 9 circuitos.