Las frenadas más arduas
De las 11 frenadas del Hungaroring, solo 2 están clasificadas por los técnicos de Brembo como arduas para los frenos, 6 son medianamente difíciles y 3 son ligeras.
La primera frenada después de la salida es la más dura de todas: los monoplaza llegan a 340 km/h y frenan durante 1,56 segundos para bajar a 86 km/h en tan solo 144 metros, lo que equivale a la longitud de 5 piscinas de waterpolo una detrás de otra: un esfuerzo increíble para el sistema de frenos y para los pilotos que tienen que hacer frente a una desaceleración de 5,6 g y que sobre el pedal aplican una fuerza de 158 kg. Es notable también la frenada en la curva 4 (127 kg de fuerza sobre el pedal del freno), no obstante se utilicen los frenos por un tiempo breve: solo 86 centisegundos, que por otra parte son suficientes para pasar de 311 km/h a 189 km/h.
Entre las frenadas medianamente arduas se merece una mención la curva 11, ya que aquí los monoplaza necesitan solo 26 metros, es decir una cancha de baloncesto, para bajar de 272 km/h a 187 km/h: los pilotos están sujetos a una desaceleración de 3,9 g durante 78 centisegundos.